martes, 13 de mayo de 2014

CUIDADO CON NUESTROS DESEOS, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS. Dàmaris de Bocaranda

CUIDADO CON NUESTROS DESEOS, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

    Dàmaris de Bocaranda





A cuenta de que “somos humanos” y de que “es de humanos errar”, olvidamos controlar nuestros deseos, nuestras emociones y nuestros sentimientos, a los que no debemos dar rienda suelta, dejándolos que nazcan en nosotros a su entera libertad y se desarrollen sin control. Porque los vicios, las pasiones desenfrenadas, la envidia, el egoísmo, la hipocresía, la ambición, la codicia, la usura, los celos, la sed de venganza, etc. generan en nosotros seres monstruosos y larvas que, aposentados en nuestros cuerpos astral y mental, nos impiden ascender a nuestro destino final, que es el mundo espiritual. El infierno y los demonios los creamos nosotros mismos con nuestros malos deseos, con nuestros sentimientos perversos y nuestras emociones incontroladas, que a la hora de la muerte nos mantendrán sumidos en un mundo de sufrimiento, tenebroso, como de horribles pesadillas,  hasta que nos purifiquemos.

Los humanos no hemos venido a este mundo, simplemente, para satisfacer las necesidades físicas ni, tampoco, para dedicar nuestra vida y nuestra atención, en forma exclusiva ni preponderante, a divertirnos,   olvidando nuestros deberes espirituales. Ante nosotros se ubican el reto y el deber de evolucionar, prestando atención a nuestro espíritu, pues no somos solamente animales. Es por esto por lo que debemos estar atentos a lo que nos impide ese progreso, esa evolución: los deseos, los sentimientos y las emociones negativos.

Si andabas equivocado o no habías pensando en estas cosas y en las consecuencias negativas de nuestros deseos, sentimientos y emociones, ha llegado el momento de que, aceptando este mensaje de buena voluntad, cambies el rumbo de tu vida reflexionando sobre estos temas y esmerándote por calificar con el bien, en toda circunstancia, tus deseos, tus sentimientos y tus emociones. Porque la cosa es mucho màs seria de lo que tù crees.


El punto de partida es la reflexión. Concèntrate en tì mismo en el silencio de la soledad y opta por el cambio…Te conviene…

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