sábado, 31 de enero de 2015

DIOS NOS JUZGARÀ. Dàmaris de Bocaranda


DIOS NOS JUZGARÀ
Dàmaris de Bocaranda

Toda persona consciente se preocupa debido a  las circunstancias que està atravesando el Mundo de hoy, cuya similitud nos remite a tiempos de San Pablo. Por esta razón considero conveniente citar una de sus Epìstolas a los Romanos, donde se refiere a  “La Amenaza del Juicio de Dios”. Es un pasaje que refleja la realidad de aquellos tiempos, pero que pareciera referirse a los  actuales, de tal manera que da la impresión de que la Humanidad permanece atada a los mismos vicios y de que las religiones no han ejercido mayor influencia sobre los seres humanos, a pesar del tiempo  transcurrido, todo lo cual nos indica que es necesario para la Humanidad,  iniciar un proceso de rectificaciòn.

El texto dice asì, y lo dejo como motivo de reflexión:

 “Desde el cielo nos amenaza la indignación de Dios por todas las maldades e injusticias de aquèllos que sofocan la verdad con el mal. Todo lo que se puede conocer de Dios lo tienen ante sus ojos, pues Dios se lo manifestó. Lo que es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad.  De modo que no tienen disculpa. A pesar de que conocían a Dios, no le rindieron honores  ni  le  dieron  gracias  como  corresponde.  Al  contrario, se perdieron en  sus razonamientos y su conciencia cegada se convirtió en tinieblas. Creyéndose sabios, se volvieron necios. Incluso reemplazaron al Dios de la Gloria, al Dios inmortal, con imágenes de todo lo pasajero: imágenes de hombres, de aves, de animales y reptiles. Por eso Dios los abandonó a sus pasiones secretas. Se entregaron a la impureza y deshonraron sus propios cuerpos.
Cambiaron la verdad de Dios por la mentira. Adoraron y sirvieron a seres creados en lugar del Creador, que es bendecido por todos los siglos: ¡Amén! Por esto Dios dejó que  fueran presa de pasiones vergonzosas: ahora sus mujeres cambian las relaciones sexuales normales por relaciones contra la naturaleza. Los hombres, asimismo, dejan la relación natural con la mujer y se apasionan los unos por los otros; practican torpezas varones con varones, y así reciben  en  su  propia  persona  el  castigo  merecido  por  su aberración. Ya que juzgaron inútil conocer a Dios, Dios a su vez los abandonó a los errores de su propio juicio, de tal modo que hacen absolutamente todo lo que es malo. En ellos no se ve más que injusticia, perversidad, codicia y maldad. Rebosan de envidia, crímenes, peleas,  engaños,  mala  fe,  chismes  y  calumnias.  Desafían  a  Dios,  son  altaneros, orgullosos, farsantes, hábiles para lo malo y no obedecen a sus padres. Son insensatos, desleales, sin amor, despiadados. Quienes obran de esa forma, conocen las sentencias de Dios y saben que son dignos de  muerte”.


lunes, 19 de enero de 2015

MÀS ALLÀ DE LA MUERTE. Dàmaris de Bocaranda E


MÀS ALLÀ DE LA MUERTE
Dàmaris de Bocaranda

Amigos: propongo el siguiente punto para nuestra reflexiòn.

Con frecuencia muchos desdeñamos los asuntos relativos al después de la muerte, y eso a pesar de que allì puede estar implicada una importancia trascendental. Por eso hemos recurrido a la imagen siguiente…

Vamos por una carretera a toda velocidad, sin que nada nos importe. Un aviso nos advierte que màs adelante se ha caìdo el puente. Somos libres de creer o no, de seguir o no, de correr màs a prisa o de reducir la velocidad y avanzar con precaución, “por si acaso”…Pero, como no creemos,  no hacemos caso a la advertencia y caemos al precipicio, a una muerte segura, cuando un mínimo de sentido común, una pizca siquiera de prudencia, debieron haber operado en medio de nuestra ignorancia…

Asì mismo sucede respecto a la responsabilidad màs allà de la muerte:  no creer implica un riesgo trascendental…Porque ¿…y si es verdad lo que tantos sabios dicen?




lunes, 12 de enero de 2015

"EMANACIONES NAUSEABUNDAS". Dàmaris de Bocaranda


“EMANACIONES NAUSEABUNDAS”
Dàmaris de Bocaranda


Aivanhov nos habla de lo que llama “emanaciones nauseabundas”: son las que nuestro pensamiento capta de ciertos temas que enfrentamos con frecuencia, si no todos los días, provenientes del ambiente que visitamos, de las lecturas que hacemos, de la música que escuchamos, de las imágenes de televisión que no seleccionamos, de las conversaciones que tenemos con ciertas personas, etc. etc. El dice que asì como un pañuelo  que guardamos en una caja perfumada se compenetra de esas emanaciones,  nuestro pensamiento se compenetra de los elementos negativos del ambiente, que después “emanamos” sobre los demás, sin darnos cuenta. Y concluye: “tened cuidado con los libros que leeis, con las películas y los espectáculos que mirais, con las conversaciones en las que participáis, porque nada de esto queda sin consecuencias”. Por lo tanto, aconseja que nos ocupemos de temas màs profundos y màs educativos, para que nuestro espíritu se compenetre de ellos y despida a su vez ondas positivas…

domingo, 4 de enero de 2015

VEN, MUJER



VEN, MUJER
Ven, mujer,
esposa infinitamente amada.
Ven.
Alcemos nuestras copas de luz y de alegría.
Que las alcen también nuestros hijos y nietos.
Que las copas besen en el aire sus cristales,
en el aire azul del mediodía,
cuando los jardines y los bosques  brindan más de sí.
Que arranquen  hermosas chispas de alegría
y como gotas de estrellas de numerosos colores,
lluevan sobre esta hora feliz que nos embriaga.
Que rebosen flores y cantos.
Porque nos sentimos vibrantes de gozo
en esta hora y en este día que sintetizan nuestras vidas,
juntos,
juntos como las granos  del trigo que mece el viento en la pradera,
como las aves que viven y cantan el mismo canto y con el mismo acento,
como esta hermosa  familia
 unida en el amor, la comprensión y la paz.
Vengan ya.
Alcemos nuestras copas
a Dios.
Que perforen las nubes
y lleguen al empíreo
y hasta   Él,
colmadas
de amor y gratitud.
Porque vibramos de gozo
en esta hora y en este día que sintetizan nuestras vidas,
juntos,
 juntos como manos que comulgan ungidas  la oración.



Recibe este brindis como un canto humilde pero profundamente cierto y sincero. La gratitud que te expreso aquí, me viene desde lo más profundo del corazón, y Dios es testigo de ella y del amor que me une a tí.
(De, Brindis de Luz por la Mujer Amada)