viernes, 30 de octubre de 2015

DESDE MIS SUEÑOS





Desde aquí,
desde la cima de esta estrella,
desde el vértice donde el viento mece los luceros,
desde aquí te estoy mirando
con los iris de mis sueños.
Siento soles muy ardientes en mis ojos
que se queman.
Despierto,
y al abrirlos te sorprendo
velando mi sueño con tus ojos.

(De: Brindis de Luz por la mujer amada)
 

miércoles, 14 de octubre de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA FORMA DE PENSAR, DE SENTIR Y DE ACTUAR Dàmaris de Bocaranda






LA IMPORTANCIA DE LA FORMA DE PENSAR, DE SENTIR Y DE ACTUAR
Dàmaris de Bocaranda

Los humanos, a medida que evolucionan,  van  superando la animalidad, y a medida que esto ocurre, van siendo libres,  al contrario de lo que sucede con aquèllos que permanecen  en el nivel de  los meros instintos y  de las pasiones.
Siendo libres,  nosotros mismos nos abrimos camino, y lo hacemos a través de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos y de nuestras obras.
Sin embargo, el asunto no es simple: el bueno o el mal camino dependen de la forma de pensar y de sentir, que desembocan en un actuar recto o torcido, según nuestras opciones.
Si nuestros pensamientos suelen ser buenos, sanos, bien intencionados y si nuestros sentimientos responden a la misma tònica del bien, nos abrimos camino, en el ascenso evolutivo, hacia la realización de obras buenas, hacia un recto proceder. Si, por el contrario, nuestra forma de pensar y nuestra forma de sentir, suelen ser erradas, habrá un final abrupto, inconveniente, negativo, consecuencia de la opción por el mal.
No es raro encontrar personas que lamentan haber realizado actos negativos, haber perjudicado a su familia, a sus amigos o a desconocidos, por los que han terminado en la cárcel.  Ignoran que incurrieron en esta clase de actos porque no prestaron atención a la forma de pensar. Porque no tuvieron consciencia de la naturaleza de sus pensamientos.
Cuando una persona suele tener malos pensamientos, cuando desea causar el mal, arrebatar, violar, maltratar, terminarà haciéndolo, y lo hará cuando menos lo espere. Porque esas nubes negras le alimentaron el subconsciente y lo impulsaron a perpetrar el hecho. Si, por el contrario, una persona suele tener pensamientos de bien, de paz, de bondad, de amor, de fraternidad, ese cùmulo de luz lo impulsarà a realizar el bien. De manera que todo es consecuencial: un mal camino  trazado por pensamientos y sentimientos negativos, terminarà en una desgracia. Un buen camino terminarà en el bien.
Es, pues, necesario estar atento, en todo momento, a nuestra forma de pensar y de sentir, a la calidad de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. Es necesario vigilarnos para no caer en las sombras, para no escapar a la luz. Porque el que anda en lo oscuro, tarde o temprano caerà en el hoyo negro. Mientras que el que anda en la luz y con la luz, siempre contarà con ella.
Vivir con malos pensamientos y con malos deseos, es como andar en malas compañías, como sucede con aquèllos que frecuentan la compañía de ladrones y violentos: acogen, casi sin darse cuenta, su forma errónea de pensar , y serán arrastrados por ellos, màs temprano que tarde.

miércoles, 7 de octubre de 2015

EL CAMBIO INTERIOR Dàmaris de Bocaranda





EL CAMBIO INTERIOR
Dàmaris de Bocaranda

Revoluciones por aquí, revoluciones por allà…Pero, ¿què se espera de una “revolución”? Si nos atenemos a las palabras de quienes las promueven, de quienes las incitan, de quienes las dirigen, podríamos concluir que las revoluciones se hacen para lograr una autèntica justicia social, es decir, para que, en condiciones de igualdad, la riqueza  de la sociedad, del país, se distribuya en forma equitativa, para que todos tengan trabajo, alimento, vivienda cómoda, atención mèdica eficiente, acceso a la educación, etc.etc., todo lo que ya sabemos…

Pero, en el supuesto de que triunfase la tal “revolución”, en el supuesto de que quienes la han promovido y dirigido, se transformen en gobernantes, ¿estaràn èstos en condiciones de impulsar los medios, los recursos del Estado, por la vìa correcta? Porque, ¿està un ciego en condiciones de enseñar a ver, o un lisiado en condiciones de enseñar a caminar? ¿O un corrupto en condiciones de brindar lecciones de Moral?
Con esto queremos significar que quienes se abocan a predicar revoluciones deben comenzar por revolucionarse a sì mismos, previamente, pues, de lo contrario, se trata de gente deshonesta, falsa, que únicamente ha tenido el propósito de acomodarse en la vida, sin importar, realmente, lo demás.

La verdad de una revolución se mide por sus efectos reales, por sus consecuencias tangibles. Si la revolución no hace otra cosa que reemplazar a unas personas por otras, a unos gobernantes por otros, sin profundizar, sin contribuir a que las personas sean mejores, a que disminuyan el egoísmo, la perversión, la mala intención, el crimen, la deshonestidad, se trata de una revolución falsa.
Tambièn aquí se aplica aquello de “por sus frutos los conoceréis”: conforme sean los frutos, buenos o malos, justos o injustos, verídicos o falsos, sinceros o engañosos, de generosidad o de egoísmo, sabremos con certeza si la revolución es verdadera o no, y sabremos, igualmente, si sòlo se trata de un proceso externo, aparente, sin fundamentos, es decir, si los promotores de la revolución se habían revolucionado a sì mismos  antes de pretender revolucionar a los demás,  para lo cual debieron haber comenzado por cambiar la mentalidad.
No puede haber revolución verdadera si no la precede, como base, como punto de partida, un cambio de la mentalidad, es decir, un salto de la ruindad moral a la nobleza moral, del odio al amor, de la mentira a la verdad. Si no es asì, sòlo se pretende obtener peras del olmo, como dice el viejo dicho, y eso no vale la pena, como es obvio…