AMOR Y TRASCENDENCIA
“Se arremete contra el amor romántico. Lo tildan de “tonto y estúpido”. Cierto filósofo llegó a
“degradarlo y empequeñecerlo”, y justamente cuando al parecer sufría uno de sus
frecuentes ataques de hipocondría, escribió un libro sobre el amor: el enamoramiento,
para él, es una angina psíquica, que
huele a cuarto de enfermo y que es una imbecilidad transitoria.
Yo me atrevería a decir que cuando dos personas se
aman profundamente, con el acento auténtico del amor, éste se convierte en un
sentimiento trascendente, que arranca del
corazón de la pareja y se difunde hacia la sociedad, hacia la humanidad, hacia
Dios, a manera de luz, a manera de optimismo y alegría.
El amor intenso entre dos personas se desborda hacia
la eternidad.
Deprecian o menosprecian el amor quienes no lo conocen
ni desde lejos. Aquéllos que atienden sólo a las relaciones pasajeras, porque
no han hallado la oportunidad de vivirlo, de percibirlo, de sentirlo día tras
día, plenamente, como lo he logrado yo, (en buena hora lo diga), y de todo lo cual
son testigos estos cuarenta años tan felices. Río apacible y fresco, de cuyas
aguas hemos venido disfrutando.
Lo nuestro ha sido un navegar por un lago de paz. Y han
viajado con nosotros nuestros hijos, en
el mismo velero blanco, a todo viento, frente al desfile de paisajes coloridos,
hermosos de tanta luz.
El jugo del amor entre nosotros no sólo ha sido
hermosamente dulce, sino también muy abundante, y hemos sabido distribuirlo por
partes iguales entre todas las uvas que forman nuestro racimo familiar. Y hasta
ha alcanzado para otras personas, que se han beneficiado de su esencia
generosa. Es más: ha trascendido, de algún modo, como amor a la sociedad, a la
humanidad. Y es por ello por lo que ambos nos con-dolemos de quienes padecen
hambre y frío, de quienes deambulan sin rumbo ni meta por las calles, de
quienes viven en la basura y de la basura. En, fin, nos com-padecemos de
quienes cargan ese fardo de púas que es
el dolor”
(Tomado de Brindis
de Luz por la Mujer Amada).
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