LA IMPORTANCIA DE LA FORMA
DE PENSAR, DE SENTIR Y DE ACTUAR
Dàmaris
de Bocaranda
Los humanos,
a medida que evolucionan, van superando la animalidad, y a medida que esto
ocurre, van siendo libres, al contrario
de lo que sucede con aquèllos que permanecen en el nivel de
los meros instintos y de las
pasiones.
Siendo
libres, nosotros mismos nos abrimos
camino, y lo hacemos a través de nuestros pensamientos, de nuestros
sentimientos y de nuestras obras.
Sin
embargo, el asunto no es simple: el bueno o el mal camino dependen de la forma
de pensar y de sentir, que desembocan en un actuar recto o torcido, según
nuestras opciones.
Si
nuestros pensamientos suelen ser buenos, sanos, bien intencionados y si
nuestros sentimientos responden a la misma tònica del bien, nos abrimos camino,
en el ascenso evolutivo, hacia la realización de obras buenas, hacia un recto
proceder. Si, por el contrario, nuestra forma de pensar y nuestra forma de
sentir, suelen ser erradas, habrá un final abrupto, inconveniente, negativo,
consecuencia de la opción por el mal.
No es
raro encontrar personas que lamentan haber realizado actos negativos, haber
perjudicado a su familia, a sus amigos o a desconocidos, por los que han
terminado en la cárcel. Ignoran que
incurrieron en esta clase de actos porque no prestaron atención a la forma de
pensar. Porque no tuvieron consciencia de la naturaleza de sus pensamientos.
Cuando
una persona suele tener malos pensamientos, cuando desea causar el mal,
arrebatar, violar, maltratar, terminarà haciéndolo, y lo hará cuando menos lo
espere. Porque esas nubes negras le alimentaron el subconsciente y lo
impulsaron a perpetrar el hecho. Si, por el contrario, una persona suele tener
pensamientos de bien, de paz, de bondad, de amor, de fraternidad, ese cùmulo de
luz lo impulsarà a realizar el bien. De manera que todo es consecuencial: un
mal camino trazado por pensamientos y
sentimientos negativos, terminarà en una desgracia. Un buen camino terminarà en
el bien.
Es, pues,
necesario estar atento, en todo momento, a nuestra forma de pensar y de sentir,
a la calidad de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. Es necesario
vigilarnos para no caer en las sombras, para no escapar a la luz. Porque el que
anda en lo oscuro, tarde o temprano caerà en el hoyo negro. Mientras que el que
anda en la luz y con la luz, siempre contarà con ella.
Vivir con
malos pensamientos y con malos deseos, es como andar en malas compañías, como
sucede con aquèllos que frecuentan la compañía de ladrones y violentos: acogen,
casi sin darse cuenta, su forma errónea de pensar , y serán arrastrados por
ellos, màs temprano que tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario